La resistencia de Leningrado.
"La ciudad, con una parte de la población evacuada, quedó totalmente rodeada a partir del 8 de septiembre, a excepción de un pasillo por el lago Ladoga. Empezó entonces un asedio de novecientos días, que ninguno de los adversarios había previsto [...] Para aumentar el hambre de la guarnición, Hitler prohibió la salida de la población. El abastecimiento solamente llegaba por el agua, luego por el hielo del lago Ladoga y gracias a un camino de 200 km construido a toda prisa a través del bosque. En ninguna otra parte, la determinación y los sufrimientos de los soviéticos fueron sometidos a una prueba más penosa. [...] los sitiados comen pan amasado con 10% de celulosa, 10% de orujo, 2% de polvo de papel, 2% de polvo de harina, 3% de harina de maíz, 73 % de harina de centeno, y lo acompañan de salchichas a base de un 40% de harina de soja. En diciembre de 1941 hubo que enterrar más de 50.000 cadáveres. Los sitiados quemaban muebles y libros para fundir el hielo y obtener agua."
Henri Michel. La Segunda Guerra Mundial, l, Akal.
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